¿Por qué es importante abordar los conflictos de interés en las empresas?
Los conflictos de interés en las empresas representan el lado gris de los programas de ética y cumplimiento. Para muchos empleados, y para algunos oficiales de cumplimiento, este tipo de conflictos son una preocupación de orden ético menor y en modo alguno legal, como sí lo pueden ser el soborno, el fraude o el robo. Pero los conflictos de interés en las empresas son tan lesivos como cualquiera de las conductas que acabamos de mencionar.
Este tipo de conflictos erosionan la cultura de cumplimiento y anticorrupción de una organización con la misma facilidad que cualquier otro tipo de vulneración ética.
¿Por qué abordar los conflictos de interés en las empresas?
Hay muchas definiciones de conflicto de interés. Aunque unas difieren de otras en el uso de una u otra palabra, el concepto generalmente aceptado es: “una situación en la que una persona, que trabaja para una organización, se enfrenta, o tiene la posibilidad de enfrentarse, a una disyuntiva en la cual tenga que elegir entre los deberes y obligaciones de su posición y sus intereses privados y particulares”.
Los conflictos de interés en las empresas son frecuentes y recurrentes y ocurren en organizaciones de todos los tamaños, sectores y complejidad. Pero hay algo que es muy importante tener en cuenta: un conflicto de interés no es necesariamente una falta ni una conducta antiética mientras se aborde y se tomen medidas oportunas.
Así, veamos cuáles son esas razones para abordar los conflictos de interés en las empresas:
El conflicto de interés confunde a los empleados
El oficial de cumplimiento tiene entre sus funciones desarrollar e implementar una cultura ética corporativa, utilizando herramientas de comunicación y capacitación efectivas. La existencia de conflictos de interés en las empresas que no son abordados y sobre los que no se ejerce ninguna acción envía un mensaje confuso a los empleados y debilita dicha cultura.
Los conflictos de interés en las empresas son insignias de corrupción
Abordar los conflictos es necesario porque de no hacerse se convierten en la puerta de entrada de otro tipo de conductas como el fraude o el soborno.
Por supuesto, la idea es abordar los conflictos tan pronto aparecen señales o evidencias, aunque no definitivas, de su existencia. Pero las organizaciones pueden trabajar para prevenirlos. Como mínimo, las organizaciones deben tener una política antisoborno y anticorrupción o una específica para conflictos de interés. Y estas políticas deben implementarse de manera efectiva, lo que requiere incorporar herramientas efectivas de comunicación, capacitación y liderazgo.
Los conflictos de interés conducen a sesgos
Los conflictos de interés se traducen en costes para las organizaciones, ya que conducen a la toma de decisiones sesgadas, nubladas por el efecto del conflicto. Este tipo de sesgo puede que ni siquiera sea voluntario y podría incluso perjudicar al participante del conflicto, ya que al intentar posicionarse de modo más ético podría sesgar sus decisiones en su propia contra.
Se trata de un comportamiento cognitivo que hace que las personas no puedan separar, para bien o para mal, sus intereses personales de los deberes profesionales. Y en cualquier caso, terminan afectando a la propia organización con la toma de decisiones equivocadas.
Este sesgo solo puede ser solucionado apartando al empleado sujeto de la toma de decisiones que tengan alcance sobre la fuente de dicho conflicto.
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