10 Formas de proteger contra el soborno y la corrupción
Proteger contra el soborno y la corrupción a una organización es un objetivo prioritario tanto en el sector público como en el privado. Y también es la razón de ser de un sistema de gestión anticorrupción basado en la norma ISO 37001.
En este sentido, las organizaciones deben avanzar en la dirección de crear una cultura anticorrupción y generar un marco propicio para la implementación del sistema. Para ello, es necesario considerar algunas acciones que van algo más allá del puro cumplimiento del estándar.
Formas de proteger contra el soborno y la corrupción a una organización
Evaluar la efectividad de un sistema antisoborno puede no ser sencillo. Sin embargo, cuando se llevan a cabo ciertas acciones para asumir una cultura anticorrupción y un control adecuado de los procesos, existen mayores garantías de que el sistema sea efectivo.
Por ello, presentamos 10 acciones que ayudan a proteger contra el soborno y la corrupción a una organización:
1. Asumir un enfoque anticorrupción
La lucha contra la corrupción no se basa tan solo en la aplicación de normas penales. Todos los estados que luchan contra este fenómeno están de acuerdo en la necesidad de llevar a cabo acciones preventivas que involucren a la sociedad civil.
En el caso de las organizaciones, es preciso que actúen sobre sus empleados, proveedores, clientes y asociados, de tal forma que se puedan prevenir y detectar de forma oportuna las brechas de integridad en sus prácticas. En todos sus actos administrativos, sus políticas, sus decisiones y sus normas, la organización debe asumir un enfoque anticorrupción.
2. Sensibilizar a la alta dirección
Proteger contra el soborno y la corrupción a una organización debe ir más allá de las buenas intenciones de un grupo de profesionales. Se requiere la participación de las cumbres más altas de la administración y de sus órganos accesorios. La efectividad del sistema se basa en una coherencia entre las acciones implementadas dentro de la organización y el discurso directivo.
3. Mapeo de riesgos
Describir los procesos de trabajo dentro de la organización es crucial. Pero es necesario hacer las preguntas correctas: ¿cómo se realizan las contrataciones de personal?, ¿qué características tiene el mercado en el que opera la organización?, ¿cuáles son los criterios con que se toman las decisiones?
De acuerdo con cada una de las respuestas a estas preguntas, es preciso evaluar el riesgo de corrupción en cada etapa y adaptar los métodos de trabajo en concordancia con ello.
Pongamos un ejemplo: una organización ve la necesidad de autorizar a un empleado a disponer de fondos ubicados en una cuenta para que tome decisiones inmediatas y garantizar así la operatividad y continuidad de los procesos. Por supuesto, se trata de un proceso de alto riesgo, que requiere implementar controles adicionales.
Inspecciones y auditorías continuas a la cuenta pueden ser un control eficaz. Delegar la responsabilidad de modo compartido entre dos o tres empleados disminuye la probabilidad de fraude. Notificaciones y alertas del banco sobre los movimientos de la cuenta a un auditor o empleado de alto nivel pueden constituir otro mecanismo adecuado.
4. Adoptar un enfoque integral
El mapeo de riesgos y los controles no deben implementarse únicamente donde se gestiona dinero o valores. La experiencia muestra que las irregularidades se concentran en áreas en donde no se ejerce control. La gestión anticorrupción debe ser integral y debe alcanzar, incluso, el análisis de las relaciones con terceros, como contratistas, proveedores u organismos gubernamentales.
5. Establecer un código de conducta obligatorio
El código de conducta anticorrupción describe los comportamientos en situaciones de riesgo, y especifica las sanciones por conductas no autorizadas. No debe ser simplemente un manual de “buen comportamiento”, sino estándares que permitan a los empleados y partes interesadas distinguir con claridad entre acciones prohibidas y acciones necesarias.
6. Poner en marcha un control interno
Las organizaciones deben contar con herramientas de control o auditoría interna. Si estos dispositivos no existen, se pueden adaptar las reglas del código de conducta para establecerlos. En cualquier caso, el sistema de control interno debería dar lugar a una revisión regular por parte de las autoridades.
7. Implementar canales de alerta interna y mecanismos para proteger a los informantes
El establecimiento de un mecanismo efectivo contra la corrupción reduce de forma considerable el riesgo de que la organización y sus líderes sean responsabilizados. Pero el riesgo de actos aislados difícilmente puede eliminarse del todo. Por ello, es aconsejable implementar la activación de alertas, mediante un circuito de información eficiente, y brindar toda la atención necesaria a su tratamiento.
Las personas que se arriesgan a exponerse a sí mismas al revelar actos de corrupción, deben ser protegidas. El canal de comunicación debe ser seguro y confiable para quienes hagan denuncias a través de él.
8. Capacitar al personal y a la alta dirección
La capacitación en la norma ISO 37001, y en la lucha contra la corrupción en general, es esencial para generar una cultura anticorrupción. Para ahorrar recursos, se puede considerar la capacitación en cascada (capacitación a capacitadores), que permite la rápida difusión de buenas prácticas.
9. Establecer procedimientos estrictos de contratación
Las personas son la materia prima de un buen sistema anticorrupción, pero también pueden ser la fuente de malas prácticas de negocios. Esto depende de los filtros, los controles y la eficacia de los procedimientos de contratación. Si desde la fuente, nos aseguramos de contar con buenas personas, ya tendremos un gran avance en el propósito de luchar contra el soborno.
10. Automatizar las tareas rutinarias del sistema
La oportunidad que aporta la información en un sistema de gestión anticorrupción es una de las clave del éxito de la gestión. Sin embargo, pese a las buenas intenciones, no siempre es fácil producir informes inmediatos, o gestionar un canal de denuncias seguro y efectivo. Utilizar un software especializado en la norma ISO 37001 es una buena forma de lograrlo.
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